A finales de Septiembre fue recogido de la carretera,lleno de heridas,sucio y haciendo honor a su raza: flaco,tremendamente flaco.Hoy está precioso, fuerte, y salvo por su porte espigado y elegante,dista mucho de parecerse a aquel otro perro asustado que apenas pudo sortear y frenar a unos cuantos coches.
Tras esos coches, llegó uno cargado de juventud, altruismo y generosidad; va para el chico y la chica que
iban en él,un hermoso "sol de primavera", que a Roland, ya le sonrió ese día la suerte y brilló el sol para el, por mucho tiempo.
Por Dios, no tengo palabras.
ResponderEliminar¡Qué bonito te ha quedado! Roland te agradece lo que has escrito, y nosotros también.
Jose.